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La formación de públicos y la inclusión, son objetivos importantes para el Festival de Cine Corto de Popayán

Un vendedor de obleas, unas escocesas, un niño y un estudiante de historia eran quizá las personas más atentas en la exposición de distintos cortometrajes que ofrece el Festival de Cine Corto de Popayán en las calles, en este caso en el Parque Caldas, donde la Torre de Reloj se transformó en un telón de cine. Debajo del afiche que dice “Año Santo de la Misericordia” una pared blanca ofreció la visualización de películas colombianas, tanto es así que cada pared de esta ciudad blanca es potencialmente una pantalla con historias por contar a través de las artes audiovisuales.

La calle es ahora el escenario, no hay elite ni protocolos, sino el goce y el disfrute de todas las personas, turistas y payaneses, que quisieran tomar un asiento o acomodarse en el piso para ver cine. Es así como Popayán está ofreciendo nuevas alternativas no convencionales para educar un público ante lo artístico, en este caso, el cine al airimg_9751e libre. La Torre del Reloj, la vereda Julumito y el barrio La María Occidente son espacios que el FestiCine ha utilizado para ofrecer cortometrajes locales y nacionales.

Con todo lo acontecido podemos afirmar que estos espacios son una oportunidad para formar públicos a través del cine, construyendo una mirada más profunda en el área audiovisual que, a su vez, permite desarrollar los sentidos y  ampliar las perspectivas de mundo.

Es así como las personas que estuvieron más atentas en  las proyecciones que se llevaron a cabo en la Torre del Reloj manifiestan sus testimonios. Katt de Escocia, dice: “me parece muy buena idea hacer cine en las calles, es educativo porque retratan la historia de Colombia; es una oportunidad para los directores de mostrar su trabajo”.

Yeison Andrés Piñacue, un niño de 10 años comenta: “uno se distrae cuando está aburrido; comparte con la familia, con los amigos, está en familia viendo las películas. Ayuda a las personas que están aburridas, es decir, vienen a distraerse, para olvidarse de todo”.cine-mi-barrio-barrio-la-maria-1

El cine callejero o al aire libre es una oportunidad para reconstruir la tolerancia, la comprensión y el dialogo entre el público en general, promueve la participación de distintas personas ya sea desde la academia o lo informal, generando así relaciones de confianza. Es fundamental el papel que juega el arte para hacer catarsis y crear en el espectador información, inquietudes y reflexiones acerca de cuál ha sido su historia.

Para esta versión del Festival se ofrecen 62 proyecciones itinerantes, el plus que tiene el mismo es la formación de realizadores audiovisuales; no sólo es diversión, sino también aprendizaje. Es importante el énfasis que se da en el cine colombiano.

Yaco Mompiasini Benavidez, estudiante de octavo semestre de historia de la Universidad del Cauca, “reconoce al cine como lenguaje, pues desde sus inicios ha acercado de alguna manera a la realidad; que posteriormente dentro de la historia ha jugado un papel fundamental para construir narrativas, representaciones e imaginarios que con el tiempo se convierten en testimonios y documentos de una época en especial. Sobre todo ahora por el contexto colombiano se ha empezado a rescatar el cine como memoria, es decir apelar a los acontecimientos fatídicos especialmente lo que se conoce como la violencia, para dinamizar la construcción de trabajos audiovisuales que pimg_9785lantean unos acercamientos muy interesantes frente a momentos históricos del país. Por ejemplo, en el tema de la violencia entre 1945 – 1958 se pueden rastrear hasta el momento más de 60 realizaciones cinematográficas, es decir que ya hay un corpus fílmico que nos permite ver cuáles han sido las estéticas, los argumentos, las tramas y los personajes que aparecen en pantalla”.
Yaco realiza su tesis acerca del cine colombiano que retrata la “violencia de medio siglo”, Planteando la reflexión cine – historia. El estudiante ha tomado dos fuentes de proyecciones audiovisuales que se han presentado dentro del Festival.

Para finalizar, Nelson Andrés López, vendedor de obleas, manifiesta: “es esencial este tipo de eventos porque nos enseña más cultura y más consciencia acerca de la paz que estamos buscando en el país. Sería bueno que se sigan abriendo estos espacios en las calles pues nos ayuda a despejar la mente, tener más conocimiento, ver la realidad y promover la proyección en y de la ciudad”.

9 de Abril del Director Edgar H. Álvarez y Kalashnikov de Juan Sebastián Mesa fueron cortometrajes que se presentaron en la _mg_1942pared blanca que, a su vez, son una muestra de la realidad colombiana respecto al conflicto armado de distintas épocas y a la insaciable búsqueda de la paz.

El FestiCine construye espacios pertinentes al darle a la ciudad una dinámica durante una semana para que se vista de la cinematografía nacional. Vendedores informales pausan su oficio, sustento de su familia, para ver cine, interesandose por preguntar acerca de las películas. Las comunidades se apropian  de estos espacios, lo que resalta la intencionalidad final del Festival, así como la formación de público y por si fuera poco, es gratis y de corazón.