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Fueron 5 días, 62 cortos y 3 largometrajes los que hicieron parte de la octava versión del Festival de Cine Corto de Popayán.

La octava versión del Festival de Cine Corto de Popayán ha llegado a su fin, no sin antes entregarle a la ciudad una semana fuera de la cotidianidad, en la que las luces, las cámaras y el lenguaje audiovisual se apoderaron de las paredes blancas.

Termina dejando grandes experiencias, recuerdos, amigos y esa espectativa por lo que que traerá la novena edición, cumpliendole a la ciudad, consolidandola como foco cultural y audiovisual en el país.

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En esta oportunidad los trabajos galardonados fueron:

 

Pero el Festival no solo se trata de competencia y cada edición tiene una sorpresa o un factor determínate que lo diferencia del año anterior, esta versión contó con la participación de tres payaneses como invitados especiales, quienes demostraron el gran talento local sintiendose realmente cómodos de estar en su casa, mostrar su trabajo en el mundo audivisual y poder entrenar a nuevos realizadores. Así mismo, la oportunidad de proyectar tres largometrajes de talla nacional, más una alianza con la Facultad de Artes de la Universidad del Cauca y su muestra de videoarte “Par Verte Mejor”.

La formación académica es uno de los elementos más apreciados por los asistentes, los talleres abarcaron los componentes más importantes para la realización de una película. Los talleristas terminaron la semana con tanta satisfacción que sus comentarios himg_2011acia el Festival fueron totalmente positivos. Un ejemplo de ello se dío en el taller de audio, donde los talleristas decidieron donar un premio adicional como aporte al Festival, expresando: “este Festival ayuda que la ciudad consolide un poco más los esfuerzos audiovisuales que hay aquí, pues hay una categoría dedicada al cine caucano, entonces es bonito ver que personas de la ciudad y del departamento le apuesten a la producción cinematográfica y eso debemos apoyarlo”, afirmó Juan Manuel Arango, representante de Modularte Diseño Sonoro.

Y de esta forma, podríamos continuar enumerando los muchos logros y satisfacciones que deja esta octava versión, que consolidan al Festival como uno de los eventos más destacados y el de mayor proyección de la ciudad. Así que no queda más que felicitar a todos los participantes, a los directores y productores que enviaron sus cortometrajes, a los talleristas, a todas y acada una de las personas que colmaron las salas y lugares de proyección, sin el público el cine no tiene vida. Al equipo organizador y voluntariado, a los patrocinadores. A la ciudad, mil gracias.